Las actuaciones en centros educativos son fundamentales en la Transición Energética, por diversos motivos, pero principalmente porque los menores experimentan con los cambios en sus hábitos de uso de la energía, cómo pueden ahorrar emisiones y hacer ahorrar dinero a su colegio (y en consecuencia, a su familia, a su Ayuntamiento, a su ciudad). Se transforman en agentes energéticos que llevan lo aprendido a sus casas y lo incorporan a su vida.
 
Los proyectos 50/50 son una herramienta para motivar el cambio de hábitos y modificar la percepción de la energía como una cuestión lejana, abstracta y en la que hay poco margen de actuación.